La investigación por el crimen sicario en el barrio porteño de Recoleta, ocurrido en la madrugada del jueves 12 de diciembre pasado, avanzó en las últimas horas con el análisis de las cámaras de seguridad y el secuestro de una pistola con silenciador en el interior de un auto abandonado.
La víctima, Fabián Sturm Jardón, tenía 42 años. Era uruguayo con nacionalidad española. Estaba prófugo de la justicia por su presunta vinculación en el crimen de Marcelo González Algerini (36), ocurrido en la localidad de Pilar, y quien a su vez estaba implicado en el hallazgo de un cargamento de 800 kilos de cocaína en Caviahue, Neuquén.
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Sturm Jardón temía por su vida, según reconoció la viuda en el primer contacto que mantuvo con los investigadores del caso, poco después de identificar el cuerpo de su pareja en la morgue judicial.
Al parecer, Sturm Jardón y González Algerini (también de nacionalidad uruguaya) manejaban como pantalla un negocio de compra venta de autos de alta gama.
De hecho, el papá del hombre que fue asesinado en Recoleta está detenido por el crimen de González Algerini, acusado de ser el entregador.
Según pudo reconstruir la Justicia en base a las cámaras de seguridad, la víctima estacionó su auto Renault Logan en doble fila pero se bajó apenas apareció el tirador, que llevaba una peluca y le efectuó un certero disparo que le provocó la muerte.
Una hipótesis inicial planteó que el sicario escapó caminando pero luego se supo que abordó un Fiat Cronos rojo en las inmediaciones. De acuerdo a los voceros, los pesquisas pudieron reconstruir parte del recorrido y ubicar el coche, que aparentemente fue abandonado cerca del shopping Abasto.
Los voceros indicaron que agentes de la División de Homicidios de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires, conjuntamente con personal del CMU, realizaron un seguimiento de cámaras privadas y de cámaras públicas.
Tras una discreta vigilancia abrieron el rodado y hallaron guantes, una bolsa y una pistola 9 mm con silenciador que sería el arma homicida.