Las heridas continúan abiertas, por la magnitud de la traición, por todo el entramado oscuro y morboso que le tejieron a su alrededor las personas en las que confíaba, con las que compartía su vida. Ingrid Grudke intenta sanar la separación de su ex marido, tras descubrir que tenía como amante a la esposa de su propio sobrino.
Aunque pasaron algunos meses del cierre de la relación, la famosa prosigue envuelta en problemas, principalmente por todo el fraude económico que ejecutó Colantonio, quien no le ha devuelto las inversiones millonarias en una cadena de gimnasios.
De hecho, Ingrid se convirtió en noticia esta semana cuando se acercó a uno de sus propios locales a retirar una cartelería, que poseía su propio rostro. Ahí se produjo un episodio increíble, su ex marido llamó a la policía para que la desalojen de su propiedad, la que alquiló y pagó.
Para comprender esa situación, Juan Etchegoyen se comunicó con Grudke y describió lo que aconteció: “Todos se quedaron con la imagen de Ingrid sacando un cartel del gimnasio, pero lo que no trascendió es el encuentro explosivo que tuvo ahí mismo”.
Sin embargo, el efecto colateral más resonante de esa tarde se centró en el choque cara a cara de Ingrid con su sobrina política, la amante de Colantonio. Se trataba de la primera vez que se topaban frente a frente luego de todo el escándalo.
Grudke relató los detalles de esa circunstancia incómoda, desagradable, y sostuvo: “Hola Juan, sí es verdad lo que me estás preguntando. Ella estaba en el gimnasio y me la encontré de frente. Ella atinó a saludarme…”. Así la blonda confirmó esa charla indeseable: “Le dije que no se le ocurra saludarme. ‘No se te ocurra’».