Como todo lo que dice Patricia Bullrich, sus declaraciones sobre Santiago Maldonado tratando de victimizarse son una burda y absoluta mentira. A quienes militamos y denunciamos no nos va a confundir ni callar.
Tenemos claro quién realizó inteligencia ilegal en ese caso que aún sigue impune. El gobierno de Macri y Bullrich inventó 100 versiones y puso testigos distintos para negar que Santiago había desaparecido tras la represión ilegal de la Gendarmería Nacional en la ruta 40. Aparecía un testigo detrás de otro, diciendo que lo habían visto en distintos puntos del país, que había cruzado a Chile, que en un pueblo sobrenatural todos se parecían a Santiago. Llegaron a inventar que, tiempo después de su desaparición, Santiago había acuchillado a un puestero en la misma zona en la que había desaparecido.
Bullrich y sus secuaces, con una justicia totalmente cómplice, habilitaron el espionaje y las escuchas telefónicas a su familia. Los espiaban mediante Gendarmería en cada lugar del país al que iban. Lo mismo hicieron con las organizaciones que exigíamos su aparición. Yo misma recuerdo estar en un bar de Esquel en aquellos días y que un señor se sentó con un diario antiguo -en el que hablaban de Hebe de Bonafini- al lado nuestro para que notemos que éramos espiados. Por esos graves hechos iniciamos una causa que aún está abierta. En Chile fueron condenados Carabineros que armaban causas contra la comunidad mapuche en ese país y de ese expediente surgió que los directores de inteligencia de Gendarmería Nacional viajaban a Chile por orden de Bullrich para conspirar con ellos. Pero aquí la justicia federal se negó a investigar la parte que le tocaba.
Bullrich además fue armando su patota jurídica, la misma que la guía hasta hoy y la lleva a promover la censura contra periodistas y medios de comunicación. Un integrante de esa patota letrada es Fernando Soto, el mismo que defendió a Chocobar, aquel policía con el que intentaron legalizar el gatillo fácil. También fue abogado del prefecto Pintos, uno de los condenados por el homicidio de Rafael Nahuel en Villa Mascardi. En ese caso, como no podía ser de otro modo, también hubo un montaje de Bullrich para tapar la realidad: inventó un enfrentamiento armado, una burda mentira para justificar la masacre. Tristemente nos enteramos del asesinato de Rafael cuando estábamos en el velorio de Santiago Maldonado en la localidad de 25 de Mayo. Fernando Soto, apto para todo servicio, fue el año pasado a la Cámara de Diputados a defender las leyes represivas de Bullrich. No fue solo, lo hizo con Carlos Manfroni, también actual funcionario de Bullrich, apologista de la dictadura desde su época en la fascista revista Cabildo.
Ahora, los que le dieron millones y millones extra y sin control a la SIDE, dicen que los espían en la casa de gobierno agentes extranjeros en una mega conspiración. Todo delirante.
Solo quiero agregar que a Bullrich hay algo que jamás le vamos a dejar pasar: si hubo una operación de inteligencia alrededor del caso Maldonado y las elecciones fue hacer aparecer su cuerpo dos días antes de los comicios, en un lugar rastrillado incontables veces, con rastros de polen de otra zona y sus pertenencias intactas, para lanzar aquella ruin campaña de que «se ahogó solo», con toda su patota digital repitiendo eso de manera hiriente para su familia durante años. Bullrich tarde o temprano será condenada por todo el daño que hizo a tantas familias, por todas las víctimas de los gobiernos por los que pasó.
BULLRICH Y LAS MIL MANERAS DE FALSEAR LA REALIDAD.
Como todo lo que dice Patricia Bullrich, sus declaraciones sobre Santiago Maldonado tratando de victimizarse son una burda y absoluta mentira.
A quienes militamos y denunciamos no nos va a confundir ni callar. Tenemos claro…— Myriam Bregman (@myriambregman) September 3, 2025