Las obras del Gasoducto Norte vienen con demora

Argentina se pierde exportar millones de dólares y las provincias del norte no reciben millones de metros cúbicos de gas porque no se concreta la readecuación de las cuatro plantas compresoras que integran el proyecto de reversión del Gasoducto Norte. Enarsa es la compañía responsable de la firma de contratos con empresas privadas para finalizar estas obras que, según fuentes privadas, apenas se concretaron en un 40 por ciento. Debían finalizarse en marzo y junio de este año.

La “reversión del Gasoducto Norte” es una obra estratégica destinada a invertir el flujo de gas natural en el sistema actual, permitiendo canalizar el gas de Vaca Muerta hacia el norte del país en lugar de depender del suministro boliviano. El proyecto incluyó tres etapas principales: la construcción de un nuevo tramo de 122 km entre las plantas compresoras La Carlota y Tío Pujio (Córdoba), la instalación de dos “loops” de 62 km que amplían la capacidad de transporte en la misma traza del Gasoducto Norte, y la adecuación de cuatro plantas compresoras (en Córdoba, Santiago del Estero y Salta). Estas últimas están demoradas.

Dos de esas plantas debían terminarse el 15 de marzo del corriente año y otras dos el 15 de junio, según el contrato firmado por Energía Argentina (Enarsa) en abril de 2024. Sin embargo, según la información a la que accedió El Post Energético, de Horacio Mizrahi, el avance global de las cuatro plantas a julio pasado apenas alcanzaba el 39 por ciento, con el agravante de que una de las cordobesas estaba debajo del 20 por ciento.

La inauguración de este proyecto se hizo con bombos y platillos, desde el oficialismo se hicieron presentes los principales funcionarios del área de Economía 10 meses atrás. “Son obras que no llevan más de 8 meses con toda la furia”, apunta al citado medio un técnico que participó en varios proyectos similares. Por otro lado, “la demora resulta más que inexplicable si se toma en cuenta que las plantas ya existen, cuentan con todo el equipamiento y la sala de control, por lo que los trabajos son mucho más sencillos que hacerla de cero”.

El proyecto de la reversión del gasoducto está a cargo de una UTE conformada por Techint y Sacde, adjudicada a través de la licitación llevada adelante por Enarsa, y financiado principalmente por un crédito de la Corporación Andina de Fomento por 540 millones de dólares. Entonces no sería la motosierra la causante de la parálisis de las obras. 

Por su parte, la empresa Esuco fue adjudicada para ejecutar obras en las plantas compresoras de Ferreyra y Dean Funes (Córdoba), Lavalle (Santiago del Estero) y Lumbreras (Salta). Pero esta firma tuvo una mala performance con la planta compresora de Mercedes –complementaria al ex gasoducto Kirchner y licitada durante la gestión del Frente de Todos-, de modo que para los especialistas resulta “inexplicable” que la administración libertaria volviera a darle un proyecto de compresión de gas.

No se mueve

Según recopiló el Post Energético, en julio pasado el avance de las obras en las plantas compresoras fue del 12 por ciento respecto del bimestre previo. “A este ritmo no hay forma de que lleguen en 60 días”, computaron. Estos dos meses de plazo surgen de la ponencia del Jefe de Gabinete, Guillermo Francos, en su informe frente al Congreso de la semana pasada. Según Francos, el avance general del proyecto (tomando los gasoductos finalizados) es del 94 por ciento.

También el presidente de Enarsa, Tristán Socas, durante su disertación pocos días atrás en la Energy Week, sostuvo que “en los próximos 60 días se estarán completando las cuatro plantas compresoras” y que una vez en funcionamiento van a “habilitar la posibilidad de exportar excedentes en algunos meses de verano”.

Puesto en números, y de acuerdo a los cálculos de la fuente citada, las demoras en el proyecto tienen un costo para el sistema energético “que no cuenta con 4 millones de metros cúbicos diarios en el norte del país”. La misma llevará gas a provincias como Córdoba, Tucumán, Salta, Jujuy, Santiago del Estero, La Rioja y Catamarca. Además, si pudiera exportarse “implicaría una pérdida de 500 mil dólares por día o 180 millones por año”, indicaron al Post Energético. 

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