Milei y Caputo emiten U$S 3.000 millones para que las empresas lo saquen del país

Este miércoles el Tesoro emitirá el bono Bopreal serie 4, que incrementará la deuda pública en el equivalente a U$S 3.000 millones, para que un conjunto de empresas que tiene trabas para girar dividendos o sacar dólares por otras vías lo puedan hacer. Además, permitirá que paguen impuestos, compromisos aduaneros y deudas fiscales. El cuarto capítulo del bono que creó Caputo para «estatizar» deudas privadas.

El Bobreal está destinado exclusivamente a importadores con deudas comerciales previas a diciembre de 2023, empresas con deudas intra compañía y firmas con utilidades o dividendos sin girar. Se suscribirá en pesos al tipo de cambio oficial pero estará denominados en dólares, a una tasa de interés anual del 3% pagadera en forma semestral, y el capital se amortizará íntegramente en octubre de 2028.

Según el último dato oficial disponible, el stock de deuda de importadores fue de U$S 53.600 millones en diciembre de 2024 y los dividendos retenidos sumarían U$S 7.000 millones.

El gobierno no logró cumplir la meta de acumulación de reservas con el FMI y tendrá la «prueba de fuego» de la revisión del organismo, paradójicamente, en la simbólica fecha del 9 de julio. La forma de «resolver» este problema en el corto plazo es mediante endeudamiento, con el objetivo electoral de sostener lo más posible el tipo de cambio para frenar la inflación. Hay pérdida de reservas, aun cuando el superávit comercial de 2024 fue extraordinario (casi 19 mil millones de dólares).

En el último tiempo Caputo viene emitiendo todo tipo de bonos para atraer fondos especulativos extranjeros en base a tasas de interés exorbitantes. Un Bonte por U$S 1.000 millones, sumado a un Repo este miércoles por U$S 2.000 millones que involucra a siete bancos internacionales y establece una tasa de interés elevadísima en dólares del 8,25% anual. Y así, se estima que emitirá deuda de hasta U$S 7.000 millones hacia fin de año.

Cuando los fondos especulativos decidan retirarse ante la agudización de pérdida de reservas o ante un cambio en las condiciones que sostienen el esquema de especulación y fuga, no habrá posibilidad de endeudamiento que alcance, y más tarde que temprano podrá verse forzado a una devaluación que sin dudas el Gobierno y el FMI buscarán descargar sobre los trabajadores, como se vio en 2018.

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